Espectáculo de circo contemporáneo basado en la leyenda de la Añañuca. Tiene por objetivo poner en valor el patrimonio cultural y natural del Norte Chico.
La Añañuca, es una leyenda que se remonta algunos años antes de la Independencia de Chile, en Monte Patria, donde vivía una bella mujer indígena llamada Añañuca, a la que todos querían conquistar. Su esquivo corazón sólo fue entregado a un minero que llegó a esa zona en búsqueda de un tesoro.
La pareja decidió casarse y vivió momentos muy felices juntos, hasta que el hombre tuvo un sueño, en el que un duende le revelaba el sitio donde estaba el tesoro que tanto añoraba y, sin avisarle a nadie, ni siquiera a Añañuca, partió a buscarlo.
La joven espero por mucho tiempo a que su esposo regresara, lo que nunca sucedió. Se cuenta qué habría muerto en la pampa. Esto llevó a que Añañuca nunca superara su pena, lo que la condujo pronto a la muerte. Los vecinos de Monte Patria la habrían enterrado en el valle, en un día de lluvia y, al día siguiente, pudieron ver que el lugar de su tumba estaba cubierto por una gran cantidad de flores rojas.
Desde entonces se dice que la joven se convirtió en Añañuca, una bella historia de amor.
Añañuca es polvo en suspensión, viento que libera el sonido de las piedras, calma ansiosa que espera algo más que calma, tranquilidad presente sin nostalgia, angustia del desapego, miradas que acusan odio, lucha interna, mundana y atrevida. El destino ya está escrito, sin piedad avanza inconsciente, el engranaje singular que mueve lo vulgar prolifera sin miramientos. Somos testigos de la eclosión que alimenta la vida, vida que nace en flor y termina volviendo a lo desconocido, reclama el humano lo que desconoce y niega en burla lo vital. Historia de amor que desencadena las más profundas pasiones, pueblo bufón que se ríe de todo y no cree en nada más que la carcasa que poco a poco exige la llegada de la luz, sin saber dónde buscarla.
Sebastián Abarca, Director.